El 2020 nos hizo adaptarnos a nuevas maneras de vender, crear y consumir. La industria restaurantera siendo una de las más afectadas, ha ido reinventándose a esta nueva normalidad y los consumidores poco a poco se adaptan a los cambios constantes.
Uno de los cambios más importantes ha sido adaptar el horario para desayunar – comer – cenar, extendiendo la hora a la que estábamos acostumbrados a desayunar y cenar más temprano, esto como consecuencia de los movimientos en los horarios de las cocinas para evitar la aglomeración de personas en las calles.
El consumo local se volvió tendencia y se ha mantenido estable a lo largo de ya casi un año, esto nos beneficia a todos, pues se pretende comercializar productos en su gran mayoría nacionales, apoyando a las pymes y creando una cadena de apoyo tanto a los productores, a los restauranteros y a los mismos consumidores mexicanos.
A su vez ha dado paso a la manera de pensar de las personas, volviéndonos más empáticos y conscientes de todo el trabajo que está detrás de llevar un plato de comida a la mesa, generando una labor importante para crear un futuro mejor.